Proyectos
Encarar la crisis : para una economía responsable, plural y solidaria.
La crisis financiera y económica testifica del fracaso de la globalización neoliberal que, desde los años 80, no ha en nada cumplido con sus promesas de prosperidad compartida. Muy al contrario, revela el riesgo sistémico que sufren las poblaciones y los países que fueron excluidos de la acumulación financiera durante años y constituyen hoy en día sus primeras víctimas.
Financiarización económica, liberalización del comercio y mercantilización de un número creciente de bienes y servicios han traído consigo una profundización de las desigualdades de los ingresos y de los patrimonios, sin mejora notable en las condiciones de vida de los más pobres. Al contrario, la brecha entre ricos y pobres se ve acompañada por restricciones alarmantes en el acceso de las poblaciones a recursos públicos esenciales como la tierra, la comida, el agua, el alojamiento, la educación y la salud. La obsesión por el crecimiento económico como condición necesaria para el bienestar social va de la mano con daños ecológicos continuos, entre ellos el cambio climático y la crisis de la energía representan ejemplos emblemáticos.
La producción y el consumo de bienes, de energía y de recursos naturales han excedido la capacidad del planeta. Además, la carrera para la rentabilidad inmediata en los mercados financieros contribuye a una inestabilidad económica cada vez mayor, alimentada por la serie de crisis financieras, desde Internet hasta los subprimes. La extensión de la lógica de la inversión especulativa a la alimentación, las materias primas y la energía sólo puede reforzar la volatibidad de los precios de bienes esenciales que tienen un impacto directo en los ingresos, el empleo y el acceso a los bienes de los públicos más modestos.
La crisis obliga los Estados y las Instituciones Internacionales a improvisar la construcción de una gobernanza económica de otra manera vía la creación de nuevos mercados dónde la autorregulación ha demostrado ser un callejon sin salida. Las respuestas que apuntan a extender cada vez más las fronteras de la financiarización y del mercado para enfrentar las crisis económicas y ecológicas globales sólo tocan apenas la superficie de los problemas sin tomar la medida de los riesgos colectivos que implica la extensión de la lógica especulativa a otros bienes y sevicios. Es urgente cambiar de paradigma y crear una economía responsable, plural y solidaria.
Responsable por su anticipación de las consecuencias sociales y ecológicas a largo plazo de las prácticas económicas. Plural por el reconocimiento de la diversidad de las maneras de producir bienes y servicios para satisfacer las necesidades frente una visión dominante de la economía que reduce el acto de emprender la búsqueda de ganancias, la organización productiva legítima a la empresa de capitales, la eficacia de la asignación de recursos al mercado y el desarrollo de las sociedades al crecimiento del PIB. Solidaria por la integración de los principios de ayuda mutua, de reciprocidad y de cooperación en las finalidades y los modos de organización de las actividades económicas.
Mientras la sociedad civil se ha organizado desde hace varias décadas para intentar influenciar a los grandes actores económicos y políticos y provocar así cambios institucionales, son más bien los Estados que se han movilizado para intentar detener la crisis, proporcionando sus garantías al sistema bancario y anunciando múltiples planos de reactivación. Sin embargo, el tema de las contrapartes sociales y ecológicas a los miles de millones de dólares y de euros inyectados o prestados, así como la refundición de una gobernanza económica internacional, exigen una vigilancia y una movilización ciudadana a nivel internacional. El necesario cambio de paradigma económico no puede reducirse a una cooperación entre los gobiernos de las principales potencias sino que implica una democratización de la economía frente a los fallos del peritaje financiero y económico de los principales decisores financieros y económicos.
Del PSES a ALOE : desde las iniciativas solidarias hacia un nuevo paradigma
Al promover y apoyar la creación de redes de iniciativas solidarias en economía (comercio justo, finanzas solidarias, moneda social, responsabilidad social de los actores económicos, etc.) de actores y de prácticas provenientes de horizontes y culturas distintas, a menudo complementarias, el Polo de SocioEconomía Solidaria (PSES) ha participado en su medida a esta reapropiación ciudadana de los desafíos económicos de la globalización (gobernanza económica, deuda ecológica, etc.). Después de 10 años de existencia y evolución, la red del PSES - (www.socioeco.org) - ha decidido transformarse en la Alianza para una Economía Responsable, Plural y Solidaria - ALOE.
ALOE desarrolla estrategias y propuestas colectivas para crear alternativas al economismo dominante y la gobernanza irresponsable, así como las transformaciones socio-económicas innovadoras. ALOE es un foro de investigación-acción que apunta a unir la reflexión conceptual y experiencias profesional y militante para desarrollar innovaciones y cambios socio-económicos, involucrando a investigadores así como a innovadores, empresarios, activistas y decidores políticos.
El primer llamado de ALOE invita a todos los actores que buscan construir una economía responsable, plural y solidaria a aprovechar esta crisis histórica del capitalismo para plantear propuestas capaces de permitir no sólo encarar sus consecuencias humanas y ecológicas, pero también plantear las bases de un nuevo sistema económico. Proponer nuevas regulaciones para permitir a las iniciativas económicas responsables, sustentables y solidarias fundar otro desarrollo, al servicio de las personas y de los pueblos en harmonía con la naturaleza, es hoy una condición indispensable para que salgan de la mera innovación microeconómica y no estén asignadas a un papel de reparación social de la globalización.
Cuatro ejes principales
Porque ALOE percibe las actividades económicas como una dimensión insertada en las relaciones sociales y medioambientales que llevan a un desarrollo humano y sustentable, favorece un enfoque sistémico y transversal de innovaciones y transformaciones socioeconómicas y ecológicas.
Cuatro dominios servirán de marco a la elaboración de proyectos transversales :
1 – Visión global e integrada de una economía responsable, plural y solidaria.
2 – Gobernanza económica global y refuerzo de las capacidades de decisión de los actores e instituciones sobre los desafíos económicos.
3 –Justicia ecológica, derecho, responsabilidad y desarrollo sostenible.
4 – Alternativas e innovaciones solidarias acarreadoras de transformaciones socioeconómicas.
1 - Visión global e integrada de una economía responsable, plural y solidaria
En todo el mundo han florecido un conjunto de iniciativas económicas innovadoras que toman distintos nombres : economía solidaria, economía social, socioeconomía solidaria, economía humana, economía de proximidad, economía del trabajo, economía ecológica, etc. En el corto plazo, el objetivo de estas prácticas es de asegurar la producción y reproducción de la vida, y mejorar su calidad para millones de personas en el mundo. A largo plazo, se trata de mostrar que las actividades económicas que colocan los valores de democracia, solidaridad y sustentabilidad en el corazón de sus prácticas, son modos eficientes de producción, intercambios y consumo que pueden irrigar al conjunto de la economía.
La crisis actual y sus consecuencias atestan del fracaso de un sistema económico que ha transformado en virtudes los valores del éxito individual y de la maximización de las ganancias, la apropiación privada de las riquezas y la acumulación de los bienes materiales, la innovación y la especulación financiera, la puesta en competencia, el crecimiento sin límites.
Sin embargo, no está seguro que el llamado a más regulaciones desemboca en la promoción de los valores de responsabilidad, solidaridad y democracia en la economía. Las reformas pueden también desembocar en el “cada uno en su casa”, el repliegue nacional, la vuelta a prácticas autoritarias y el desarrollo de estrategias de guerra y crispaciones identitarias.
Esto implica dar un nuevo significado y un nuevo propósito al desarrollo, el progreso y la creación y uso del conocimiento. También implica la toma en cuenta de los límites impuestos por la naturaleza en el crecimiento económico y cómo tratar eficazmente las amenazas de crisis económicas y ecológicas.
2 - Gobernanza económica global y refuerzo de las capacidades de decisión de los actores e instituciones sobre los desafíos económicos.
La crisis sacó a plena luz los límites de las instituciones de Bretton Woods para controlar los riesgos globales y sistémicos de la financiarización de la economía mundial. Al hacer dependiente de las innovaciones financieras, de créditos con altos riesgos, de burbujas especulativas, el acceso a los capitales pero también a los ingresos, al consumo, a bienes públicos básicos (salud, alojamiento, alimentación, recursos naturales) de un número creciente de poblaciones y países, la liberalización de los mercados financieros hizo correr el riesgo de una inestabilidad estrutural al sistema económico mundial sin permitir una justa asignación de los recursos dedicados a los pueblos y a los países, en particular los menos desarrollados.
Las recientes crisis recurrentes tanto financiera como energética y alimentaria confirman el fracaso de una gobernanza global basada en la supuesta autorregulación de los mercados y las agencias independientes. Entretanto, la misión, la legitimidad y la eficacia de las instituciones multilaterales están cada vez más contestadas.
3 - Justicia medioambiental, ley y responsabilidad y desarrollo sustentable.
El desarrollo sustentable apunta a responder a las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras en responder a las suyas. Según el principio de justicia medioambiental, todas las personas tienen el derecho a disfrutar de un ambiente saludable y deben compartir los recursos naturales del planeta de una manera justa y sustentable. La obtención de la justicia social y medioambiental requiere que los recursos naturales se manejen y redistribuyan de manera de garantír una igualdad de oportunidades entre países y generaciones en términos de actividad económica y bienestar.
La deuda ecológica es esencialmente una nueva manera de mirar las relaciones pasadas y presentes entre los países y entre las clases sociales. Ofrece: (1) una nueva perspectiva política: el Norte como deudor, el Sur como acreedor. En el Norte como en el Sur, la deuda ecológica es una herramienta de campaña, así como una herramienta política; (2) una nueva perspectiva económica: enfoca las consecuencias ecológicas del sobreconsumo, de las actividades productivas y del comercio; (3) una nueva perspectiva ética, basada en las responsabilidades y los derechos en términos de medioambiente; (4) una nueva perspectiva ecológica: muestra la imposibilidad de mantener el estilo de vida de los países ricos y exportar este estilo de vida a los países del Sur; (5) una nueva perspectiva legal: apunta al reconocimiento de los daños y perjuicios ecológicos y la apropiación desigual y uso inadecuado de los bienes y recursos globales.
Para medir la aplicación de estos conceptos, necesitamos herramientas más amplias que los indicadores económicos tradicionales enfocadas en el crecimiento, la rentabilidad y el PIB como los únicos objetivos de la actividad económica. Los indicadores de desarrollo sustentable, de bienestar y felicidad están siendo introducidos en un número creciente de países, y está induciendo un reconfiguración de la economía de una manera socialmente y ecológicamente sustentable. Los ejemplos como la huella ecológica, el IBES (el Índice de Bienestar Económico Sustentable, ISEW en inglés) o el GNH (Gross National Hapiness index en inglés- índice de Felicidad Nacional Bruta) son bien conocidos.
También necesitamos marcos jurídicos adecuados nacionales e internacionales, con leyes que hagann de la justicia social y ecológica sustentable un criterio legal para guiar conductas individuales, a nivel de la comunidad, de la empresa y del Estado. Un mundo sustentable no es sólo el resultado de medidas económicas y tecnológicas, sino que emergerá principalmente desde los cambios culturales en los valores individuales y colectivos, las actitudes y conducta con respecto al consumo, la producción y los desechos.
4 - Alternativas e innovaciones solidarias acarreadoras de transformaciones socioeconómicas
En todos los continentes, iniciativas creativas y solidarias han florecido y han continuado multiplicándose en todo la cadena económica, desde la producción pasando por el comercio, las finanzas, el consumo y el dinero. Anclados en sus contextos culturales e históricos respectivos, contestan de una manera individual y/o colectiva el marginamiento forzado de partes enteras de la economía.
Su anclaje en los territorios y las solidaridades, su tamaño, la finalidad social de su producción, su gobernanza democrática y su patrimonio colectivo hacen de éstos fuerzas de resistencia frente a la crisis. Pero constituyen potencialmente alternativas que permiten, más allá de las innovaciones locales, de transformar la economía? La crisis actual es sin duda una ventana histórica para que las empresas e iniciativas solidarias den valor a sus valores y prácticas pero cambian de escala para responder a la emergencia de los desafios societales actuales. Más allá del reconocimiento de otros modos de emprender, intercambiar y consumir, el desafío consiste en que los valores de responsabilidad, de democracia y de solidaridad se integren en las reglas de la gobernanza económica.
El Comité de Coordinación y Facilitación de ALOE :
Ben Quinones
Laurent Fraisse
Leida Rijnhout
Marcos Arruda