El pasado 19 de marzo, el profesor Euclides André Mance dio una charla en nuestra Ciudad, dentro de una gira (pamplona, barcelona, madrid y lisboa) auspiciada por la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS).
Si bien el ponente nos era desconocido, El título de la conferencia, “el mercado social y la revolución de las redes”, resultaba Lo bastante atractivo como para acercarse a los locales de la mensajería La Veloz, en la calle Mayoral, a escuchar al filósofo brasileño, con quien mantuvimos una conversación informal y peripatética.
Usted viene a presentar el Sistema de Intercambio “Solidarius”, ¿en qué consiste?
El Sistema de Intercambio “Solidarius” (http://www.solidarius.com.br/) es una herramienta que permite el intercambio de bienes y servicios dentro de las redes de economía social, tanto locales como internacionales.
Se ha desarrollado toda una plataforma informática, implementada en software libre, que hace posible las operaciones de compra y venta de productos o servicios que se realizan entre los diversos agentes de la economía solidaria. Así, las aplicaciones de estas nuevas tecnologías de la información permiten efectuar y registrar las transferencias entre las cuentas de losmiembros de una red.
Pero eso es simplemente copiar la oferta de servicios de la banca convencional... Sí y no. Los cobros y pagos se realizan mediante créditos “Solidarius”, que es la moneda social de esta red solidaria. Al principio, los integrantes en la red depositan una cantidad de su moneda nacional en el FondoMundial de Economía Solidario, la cual se reconvierte en créditos “Solidarius”.
Pero dicha conversión no se calcula según las tasas de intercambio del mercado internacional de divisas, sino que se corrige siguiendo unos indicadores del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
De este modo, la renta per cápita del país de origen se pondera según el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad del poder adquisitivo entre la población.
Suena muy complicado, y no entiendo qué interés puede tener el mercado social enmontar un sistema finaciero paralelo.
Veamos un caso práctico. En Brasil hay una cooperativa de agricultores ecológicos que cultivan unas especias exóticas muy sabrosas que no existen en Europa. Tú tienes una tienda de comercio justo aquí y te interesaría comercializar este tipo de condimentos tan exclusivos. Puedes hacerlo por los canales convencionales de comercio internacional, dependiendo de los bancos y de los injustos cambios de divisas del día. Pero si ambos pertenecéis a la Red de Intercambios “Solidarius”, tú depositas tus créditos “Solidarius” en la cuenta de la cooperativa, que al recibirlos libera la mercancía rumbo a tu tienda. Después, tú vendes el producto usando la moneda propia (en este caso euros), y tras hacer los pagos normales en un negocio, puedes volver a convertir tus euros en créditos “Solidarius” y depositarlos en la Red. Claro que, al tener mayor poder adquisitivo, obtienes me-nos créditos por tus euros que los agricultores brasileños por sus reales.
Entiendo, pero este método ¿no genera a la larga prácticas de acumulación análogas a las del sistema capitalista? Los créditos “Solidarius” que están en el Fondo se emplean para más cosas: por un lado, sirven para conceder microcréditos rápidos, por ejemplo, para que la Cooperativa compre maquinaria en el mercado convencional.
Por otro, sirven para financiar los proyectos de economía solidaria que la Red valore como positivos. El Sistema de Intercambio se basa en la total transparencia de la información y en la toma democrática de decisiones. Cada miembro de la Red puede informarse plenamente sobre los datos económicos del proyecto (su plan de viabilidad si es nuevo, o los balances de pérdidas y ganancias, si está ya en funcionamiento) y con ello votar sobre la financiación.
Las aplicaciones informáticas permiten así democratizar la economía y decidir sobre los flujos de dinero.
La idea sería pues la de montar una especie de mercado social al margen de la economía real.
No exactamente, la intención es mucho más ambiciosa, se trata de intervenir en la sociedad, tanto a nivel local como global, para lograr un estado de “bien vivir”, situación que distamucho de ser la actual.
El sistema de producción capitalista es un modelo insostenible, porque crea grandes desigualdades humanas, destruye el medioambiente sin darle tiempo a recuperarse y económicamente tampoco debe de ser tan viable cuando se producen crisis financieras como la actual.Mientras tanto, el Sistema de Intercambio “Solidarius” puede destinar hasta un 25%del Fondo de Economía Local para operaciones de rescate de la divisa del país en caso de que estuviera siendo atacada por maniobras especulativas.
Así se puede reducir la vulnerabilidad de las divisas nacionales en losmercados financieros internacionales.
¿Compra-venta de divisas?
¡Nada más lejos de mi concepto de la economía solidaria! Se trata de subvertir las herramientas y metodologías del sistema para estos fines de solidaridad, equidad y autonomía sociales.
A lo largo de los últimos siglos, el capitalismo ha empleado tecnologías en principio neutras como mecanismos de dominación. Ahora intentamos aprovecharnos de estas dinámicas para otro fin: el “bien vivir” de toda la humanidad.
Somos hackers del sistema: convertimos los instrumentos de la dominación en herramientas de liberación. Si un invento, un proceso, no es susceptible de ser utilizado para la emancipación, no nos interesa y ha de ser abandonado,
Entonces se trata de un plan organizado en etapas: montar un sistema de producción y consumo alternativo, e ir captando flujos monetarios de la economía capitalista, hasta que la sociedad de consumo colapse o el mercado social sea una realidad con un peso económico importante.
(Risas). Occidente siempre piensa en programas rígidos. La Naturaleza tiene una estructura fractal, partiendo de la sencillez desarrolla una enorme complejidad: a cada escala presenta una gran riqueza y, tomada en su conjunto, resulta de una gran belleza. creditos.JPG Nuestro actual modelo no respeta esta diversidad. Otras culturas, la amerindia o la africana, piensan en términos más fluidos. La música occidental depende en exceso de una partitura para coordinar a los músicos de una orquesta. En los grupos de percusión, cada cual introduce su propio toque y los distintos ritmos se van acoplando en un todo armonioso que invita a danzar, no a quedarse quieto mirando y escuchando.
Al actuar se trata de respetar la diversidad de cada lugar para poder encontrar soluciones comunes trabajando de forma cooperativa. Me gustaría concluir con una frase de Paulo Freire: “Nadie libera a nadie. Nadie se libera solo. Todos nos liberamos juntos”...y en eso estamos.
PERFIL
Euclides André Mance nació en 1963. Vivió su infancia en Curitiba y se graduó en Antropología filosófica por la Universidad de Paraná en 1987. Ha trabajado para la ONU, la UNESCO y la FAO en programas de desarrollo social. Entre sus influencias destaca la pedagogía de Paulo Freire y el pensamiento de Félix Guattari. Es fundador del Instituto de Filosofía de la Liberación. Entre sus libros podemos destacar La Revolución de las Redes y Redes de colaboración solidaria.
Su última obra, todavía sin traducir al castellano, se titula Constelación Solidarius: las grietas del capitalismo y su superación sistémica.
Texto y fotos: JOSÉ MANUEL DORADO
Artículo del Portal de Economía Solidaria