Casi medio año después de la eclosión de la crisis financiera mundial, Brasil siente el golpe. Despidos, falta de crédito en la plaza, desconfianza. El impacto de la crisis en el país es "brutal", en la evaluación del economista Paul Singer.
"El grado de reducción de la actividad económica es mucho mayor allá fuera. No obstante, desde un punto de vista no comparativo, a partir del propio Brasil, el impacto está siendo brutal", dice.
Titular de la Secretaría Nacional de Economía Solidaria, Singer fue el responsable por la implementación de esta Secretaría, ligada al Ministerio del Trabajo y Empleo, todavía al inicio del gobierno Lula, en el ya lejano año 2003. Fue también uno de los fundadores del Cebrap (Centro Brasileño de Análisis y Planificación), creado en 1969 por un grupo de intelectuales perseguidos por el régimen militar.
En esta entrevista exclusiva a Terra Magazine, el economista hace un análisis detallado de la crisis, además de proponer mecanismos para contener sus efectos en Brasil, como el control de flujo de capitales. Prevé además la expansión de formas de economía solidaria en medio del turbión financiero, como el trabajo en cooperativas y la autogestión.
Para el debido registro, economía solidaria es el nombre que se da a nuevas formas de producción y consumo que prioricen el precio justo y la asociación de los trabajadores. En la práctica, la economía solidaria la ejercen las cooperativas, asociaciones y redes de auxilio entre trabajadores y consumidores.
"El sistema de finanzas solidarias no es especulativo, bajo ningún concepto. Es autoadministrado. Los propios depositantes administran las cooperativas de crédito. Además, los emprendimientos de economía solidaria no despiden. A nadie, nunca se lo despidió porque todos son socios. Nadie puede dimitir a un socio", explica.
Leer más en Portal de la Economia Solidaria