Las llamas que han quemado decenas de automóviles en el transcurso de las últimas semanas en los barrios periféricos de varias ciudades francesas son sólo la parte visible y violenta de un problema estructural de exclusión y discriminación social inherentes al modelo económico neoliberal. Intentar apagarlas con el agua de las intervenciones policiales en los barrios y el cierre de las fronteras europeas a la inmigración es una solución injusta e ineficiente. Si no conseguimos cambiar las condiciones socioeconómicas que se encuentren al origen de este fuego estructural, volverá a arder un día u otro.
La socio-economía solidaria es una de las vías para avanzar hacia el mejoramiento a largo plazo de las condiciones socio-económicas de poblaciones excluidas tanto en el Norte como en el Sur. Por qué? Porque las organizaciones de comercio justo, las instituciones de finanzas solidarias y toda otra experiencia de socio-economía solidaria, son instrumentos económicos concretos que permiten a millones de personas mejorar sus condiciones de vida y ser protagonistas de su propio desarrollo.
Pero la economía solidaria no es sólo un medio de actuar económicamente en pro de la cohesión social articulando la lucha para el reconocimiento de los derechos socio-económicos con la lucha para el acceso de los más desfavorecidos al empleo, al crédito, al consumo, al alojamiento gracias a innovaciones socioeconómicas de la sociedad civil. Aspira a promover un nuevo paradigma económico basado en la democracia económica y la justicia social. Frente a la globalización de la economía y la agravación de las desigualdades sociales tanto en el Norte como en el Sur, el desafio de la socio-economía solidaria consiste en pasar del éxito de unas iniciativas locales a una afirmación política y económica, actuando como promotor de comportamientos económicos y regulaciones internacionales más justas y solidarias, así como nuevas solidaridades Norte-Sur.
Esta pretensión, que inspira el trabajo del Polo de Socio-Economía Solidaria (PSES) desde su creación, explica la importancia estratégica de dos encuentros de socio-economía solidaria que tendrán lugar dentro de algunos días en Dakar:
Esperemos que estos dos eventos abrirán nuevas pistas de esperanza y propuestas concretas capaces de afrontar el fuego estructural de la injusticia socio-económica !