diciembre de 2005
La Economía del Tercer Milenio será espiritual o no será nada !
Philippe Amouroux

(traducción de Heloisa Primavera - ler este texto em português)

Este es el último texto de Philippe Amouroux antes de su partida de esta Tierra. Para mi, se trata de su testamento eco-espiritual. Me siento feliz y orgulloso de compartirlo con ustedes.
Marcos Arruda

Frente a una globalización de la economía que nos lleva al desastre, es el tiempo de interrogarnos sobre qué representa la economía desde el punto de vista espiritual. Se descubre, entonces, que nuevas formas de economía vienen apareciendo y que éstas siguen las leyes del corazón y los grandes principios de la Nueva Era. Ellas nos muestran el camino para pasar de una economía materialista mortífera a una economía espiritual de la Vida.

Hoy la Economía parece ser quien gobierna al mundo
Ya no son los hombres políticos quienes reinan: éstos están al servicio de las estructuras económicas. Es la Economía que determina nuestros modos de vida, nuestra alimentación, nuestro ocio… Crea nuestros deseos y forja nuestra cultura, de modo cada vez mas homogéneo de una punta a otra del planeta. Se ha globalizado para optimizar los costos y producir mayores ganancias a quienes detienen el capital financiero, globalizando al mismo tiempo el comportamiento y las aspiraciones de los humanos.

El término Economía viene del Griego oikos (casa) y nomos (leyes y reglas). Si el mundo es nuestra casa grande, entonces la Economía actual esta bien ubicada. El problema es que el mundo que nunca estuvo tan floreciente, tampoco estuvo tan cerca de una gran catástrofe : crecimiento de la pobreza y de la brecha entre ricos y pobres, desempleo, incremento sin precedentes de la contaminación, destrucción de los recursos naturales, crisis financieras periódicas, mercados financieros que ya nada tienen de medida común con la realidad de los intercambios, Estados sobre endeudados e incapaces de proveer las necesidades de sus pueblos... Así parece haberse configurado esa Economía sin ningún conductor del juego. Y la ciencia económica, ella misma tan poco madura, se sigue ocupando de hacer cálculos matemáticos para explicarnos como salir de lo mismo... en la practica. Bien enfrascados en nuestra sociedad de consumo, vivimos con serenidad tales amenazas que nos queman los ojos, como si ellas fueran propias del mundo interior de nuestros aparatos de televisión.

Habría entonces que retornar a las fuentes ?
André Malraux decía: el Tercer Milenio será espiritual o no será ? Habría quizás dado la única pista de solución a nuestros problemas. Que es entonces esa " casa " de la que habla la Economía. Una casa es una forma, un sobre al interior del cual vivimos. Existe nuestro cuerpo, nuestra casa propia como individuos, luego la casa que habitamos solos, con nuestros amigos o nuestra familia, enseguida nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro país, en fin, el planeta.

He ahí todas las formas que habitan la humanidad. Tales formas no son mas que el habitat, el vehículo de una energía vital que se encarna, que se hace carne. Las formas nacen cuando esa energía llega y mueren cuando ella se retira. Bajo ese ángulo espiritual, la Economía es ese conjunto de leyes y reglas que regulan todos los intercambios entre los seres humanos en el seno de esas formas sociales, de esas casas que habitan individuos, grupos, pueblos...

Y esa bella historia de encarnación y evolución, la conocemos bien: viene con formas cada vez mas inteligentes, exteriorizando cualidades cada vez mas elevadas en esas formas, traduciendo un verdadero desarrollo de una energía espiritual, del interior al exterior, que se intercambia entre las formas de todos los reinos de la naturaleza.

También sabemos que en esta gran ventura de la evolución, si todos los seres y sociedades que se encarnan en esas formas tienen el mismo origen y el mismo fin, cada uno de ellos se encuentra en determinado punto de su proceso. La energía que es UNA se encarna, así, en las formas minerales, vegetales, animales y humanas. Los humanos juegan un rol particular en esa historia: se alimentan de los reinos inferiores, encontrando fuentes de energía física, alimentar y psíquica. Eso les permite liberarse de constricciones materiales y de procurarse un bien estar que les permite desarrollarse en el plano mental y espiritual, el verdadero desarrollo!

En esta gran aventura espiritual, la Energía está a servicio de la circulación, para responder a las necesidades de cada uno en la óptica del desarrollo del TODO. La Energía no debe ser acumulada en provecho de algunos. Si elle es, debe serlo en beneficio de todos.

¿Qué es una Economía espiritual ?
Es ante todo una Economía que sigue las leyes de la Vida, las leyes del Corazón, y luego una Economía que promueve la expresión de las cualidades espirituales. El corazón distribuye la energía en función de cada parte del organismo viviente cualquiera sea su función, conservando el espíritu de la vida y el objetivo del organismo como un todo. Optimiza el uso de la energía, no la despilfarra y lleva lo justo a cada punto del organismo.

Igualmente, una Economía espiritual responde a las necesidades de cada uno, cualquiera sea su grado evolutivo y su función social, no despilfarra el dinero que es la concretización de la energía en el cuerpo social, la sangre el cuerpo social. Ella distribuye la riqueza para un mejor desarrollo humano, para la superación de las constricciones materiales y el desarrollo de formas sociales cada vez mas inteligente y bellas. La Economía espiritual está al servicio de todos. No acumula dinero cuando hay que invertirlo en el margo plazo para el bien común y nunca para el beneficio de unos pocos.

Una Economía espiritual sigue los principios que, según el Tibetano, gobernara la Nueva Era. Es una Economía de la Libertad de cada uno en la elección de aquello que quiere consumir, producir e intercambiar, guardando el respeto de todos y de la humanidad en su conjunto. Ello implica obligadamente la responsabilidad de cada uno, en su nivel y en su contexto de vida, del impacto de sus actos sobre la vida de otros y sobre la vida en el planeta.

Es también una Economía de la Igualdad, no absoluta, sino entendida en la diferencia y en el respeto de las necesidades de cada uno, en el punto en que se encuentra de su proceso personal, una Economía que persigue un fin único para todos, pero respeta la diversidad, una Economía equitativa.

Finalmente, es una Economía de la Fraternidad, en la que somos todos solidarios con lo que ocurre en nuestra comunidad, en nuestro país, en el planeta, formas inseridas unas en otras como muñecas rusas que habitamos todos. Es, entonces, una Economía de la cooperación y no de la competición.

De una Economía materialista a una Economía espiritual
No es necesaria una gran demostración para afirmar que la Economía dominante actual esta muy lejos de ser espiritual. Es responsable de la degradación de los recursos del planeta. Da a un pequeño numero de ricos mucho mas que lo necesario para su desarrollo espiritual y mantiene a una mayoría de pobres en una obsesión de sobrevivencia física. Tiende globalizar todo y a uniformizar, desde los recursos genéticos, gustos, modos e vida y culturas, matando la diversidad natural de las formas de expresión de la vida en todos los planos. Esa uniformidad no unifica a nada... al contrario, separa. La unidad no puede encontrarse no en la diversidad, como nos muestra la Ecología y el funcionamiento de los ecosistemas. La Economía actual es inestable porque no sigue las leyes de la Vida. La Vida no es uniforme, es UNA... y multiforme.

Felizmente, la Era de Acuario nos trae, desde hace algunas décadas, las primeras formas de una Economía espiritual. Estas son aun globalmente marginales, pero aun así simbólicas de una renovación y se hallan en renovación constante. Es necesario hacer todo lo posible para estimularlas y promoverlas. He aquí algunos ejemplos:

La corriente de desarrollo sustentable promueve tecnologías de producción limpias, recurriendo a energías renovables.

El comercio justo no fue, sino al principio, dirigido al respeto de las necesidades y remuneraciones de los pequeños productores agrícolas de los países pobres, aplastados por los mecanismos del mercado. Poco a poco se extendió a otros productos e integra cada vez mas nuevos productos y criterios de respeto al medio ambiente y a los recursos del planeta.

El consumo ético o responsable estimula el ciudadano consum’actor a hacer sus elecciones cada vez mas incluyentes del individuo y sus semejantes.

Las finanzas solidarias hacen accesible recursos financieros a los excluidos del sistema bancario, promoviendo asimismo el sostén de iniciativas económicas que privilegian el desempeño social y no el económico.

Monedas complementarias a las monedas oficiales, se desarrollan en pequeños grupos, comunidades, regiones o aun países. Permiten practicar intercambios que refuerzan las comunidades, responden a sus necesidades y tienen en cuenta sus valores.

En un nivel mas global, ciudadanos comienzan a movilizarse, por fuera de las instituciones sociales, capaces de promover el cambio. Proponen nuevos principios de circulación del dinero (deuda externa de los Estados, mercados financieros, reforma del sistema monetario y de las instituciones internacionales...), regulaciones de los intercambios (OMC, gestión de los bienes comunes, políticas agrícolas...) y de responsabilidad de los actores económicos.

Esas nuevas formas de Economía anuncian el paso de una economía material y materialista a una economía espiritual. Ello implica reconsiderar lo que es la riqueza y la manera como ella es evaluada. El nivel de conciencia puesto en acto en la Economía tendrá un impacto directo sobre la evolución de las nuevas formas. Tanto mas el desarrollo será espiritual, tanto mas será duradero.

En esta nueva Era de Acuario, cada uno es responsable de la evolución de la Economía. El poder del ciudadano es creador de nuevas formas y puede hacer mas que lo que imagina. Iremos entonces hacia una Economía de lo justo necesario, pero también hacia una economía del deseo rescatado de un desarrollo en el Ser y no del Tener, una economía de la Vida!